Manifiesto

Somos conscientes de estar ante un cambio de época que es consecuencia de diversos factores: el agotamiento de un modelo depredador que atenta contra la dignidad humana, la extensión de la consciencia de la necesidad de cambiar y nuevas oportunidades de organización social y tecnológica.

Debemos reconocer la importancia del momento que vivimos y evitar que el escepticismo, el desconocimiento o el miedo se impongan a la oportunidad de construir un mundo mejor.

En los últimos tiempos, numerosas iniciativas de transformación social y económica han mostrado nuevas formas de pensar y actuar. Lejos de constituir propuestas utópicas, muchas de estas iniciativas son ya casos de éxito en distintos espacios geográficos. No obstante, aunque han nacido con vocación de colaborar y conectarse, en su mayoría operan de forma fragmentada y dispersa.

Para promover su desarrollo y consolidación en el futuro creemos necesario aumentar el alcance y el impacto de estas propuestas y facilitar la coordinación de sus acciones.

Convencidos de que podemos aprovechar esta oportunidad, diversas personas, colectivos, asociaciones, empresas y organizaciones que trabajan por construir una nueva forma de hacer economía han decidido coordinar sus esfuerzos. Mostrar que otro mundo es posible, haciéndolo.

Este manifiesto expresa los principios en los que se apoya nuestra voluntad de recorrer el camino juntos.

Ser parte activa de la transición. Vivimos en un mundo en transición. Nada volverá a ser como antes. Emerge un paradigma nuevo. Podemos construir nuestro futuro o dejar que otros lo hagan por nosotros. Trabajamos para empoderarnos como agentes del cambio.

Ensayar transformaciones. Queremos transformar. Más que ocuparnos de los efectos de un sistema que no funciona, pretendemos ensayar propuestas que remuevan sus causas.

Acción-reflexión-acción. Toca actuar. Es tiempo de aprender haciendo, de ensayar y experimentar. La reflexión se construye en el proceso, participativamente.

Participación directa y efectiva. Promovemos fórmulas de participación que aseguren la efectiva intervención e influencia de las personas y comunidades en todos los ámbitos de decisión que afecten a sus condiciones y calidad de vida. Reclamamos un marco institucional y regulatorio que facilite los procesos de cambio y el desarrollo de iniciativas y prácticas colaborativas

Emplear la Tecnología como herramienta facilitadora. Defendemos el uso accesible y abierto de la tecnología. El uso crítico y consciente de la tecnología permite acelerar el cambio de paradigma en que estamos inmersos; amplía nuestra capacidad de relacionarnos y trabajar juntos; nos faculta para asumir nuevos roles como creadores y productores; y, nos permite ensayar a bajo coste y ágilmente otras formas de afrontar viejos problemas.

Cooperación frente a competencia. Impulsamos la solidaridad, la empatía y la colaboración como valores que dignifican las relaciones humanas y las enriquecen. Múltiples iniciativas y experiencias en marcha muestran que la cooperación y la colaboración resuelven con eficacia los problemas individuales y colectivos a diferencia del modelo basado en el interés individual y la competencia. Nos esforzamos por mostrar y extender su práctica. Animamos y acompañamos procesos de emprendimiento colectivo que tienen como sujeto a las comunidades y que requieren nuevos métodos y marcos de actuación.

Reconocer la abundancia. Frente al paradigma de la escasez artificial, partimos desde la evidencia ilusionante de la abundancia. Un entorno de conocimiento accesible, abierto y libremente compartido, de talento distribuido y conectado. Un entorno de ciudadanos y ciudadanas creadores y productores, de iniciativas colectivas de transformación, de tecnologías que amplían y dan mayor alcance a nuestras capacidades.

Gobernanza del Procomún. Frente a la dicotomía entre lo público y lo privado reivindicamos la existencia de una tercera categoría de apropiación, el procomún, integrada por todos aquellos valores, derechos y bienes que a través de su gobernanza en comunidad facultan el libre desarrollo de nuestras capacidades como seres humanos en condiciones de justicia y equidad.

Desarrollo a escala humana. Frente a procesos uniformadores, ineficaces e insostenibles de concentración y acumulación defendemos el derecho a la diferencia, lo pequeño y diverso, la ética del cuidado, el conocimiento abierto y compartido, la producción local distribuida y la conexión y la cooperación entre comunidades como medio para resolver necesidades globales.

Economía responsable y sostenible. Promovemos una economía orientada a un uso medioambientalmente y socialmente responsable de los recursos, al mantenimiento de los equilibrios naturales y al respeto a la biodiversidad y a la mejora de las condiciones y la calidad de vida de las personas.

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